Por Mesa Central de Redacción - noticias@laverdad.com - Maracaibo - 08/04/2012 00:00 08
El discurso presidencial está muy lejos de los valores cristianos. El talante de un hombre no es algo que se expresa con palabras, sino con actos diarios, por ello la mejor prédica es la del ejemplo.
Este Jueves Santo, tras llegar a su Barinas natal procedente de Cuba, donde culminó su segundo ciclo de radioterapias, el presidente Hugo Chávez acudió a una misa de acción de gracias en la que imploró a Cristo darle "más vida", para terminar las tareas que le faltan por completar.
Las emotivas palabras fueron reseñadas por la prensa nacional y mundial sin omitir detalles del discurso ni la escena. Todo parecía estar ahí, el micrófono, las cámaras, la familia, las lágrimas, las flores, el altar, la imagen de Cristo y la conmovedora petición (de cuya autenticidad nadie duda), pero un solo elemento brilló por su ausencia. ¿Dónde estuvo el arrepentimiento por lo pecados cometidos?La fe cristiana nos enseña que la contrición es la piedra angular en el camino hacia la gracia del Dios Padre, por eso en la eucaristía los fieles manifiestan su dolor, rechazo o renuncia al pecado cometido y propósito de cambio para elevar sus súplicas con el corazón limpio.
El talante de un hombre no es algo que se expresa con palabras, sino con actos diarios, por ello la mejor prédica es la del ejemplo.
Jesús de Nazareth, a quien conmemoramos en la Semana Santa, resumió los principios de su doctrina de la siguiente forma: "Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro padre que está en el cielo, porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis?" (Mateo 5,43-48). Cristo no solo dijo esto, sino que lo cumplió al pie de la letra, incluso mientras era crucificado por sus enemigos.
En este tiempo de reflexión es pertinente recordar esas palabras de Jesús y ponerlas en contraste con el discurso presidencial que pregona el amor mientras promete "aplastar", "aniquilar" y "demoler" a sus adversarios (a quienes por cierto acusa de estar "llenos de odio").
Entre las "muchas cosas que aún faltan por hacer" al presidente Chávez, está la rectificación, el perdón y la reconciliación de todos los venezolanos. Las heridas de un pueblo no se curan vertiéndoles sal ni azotando con el verbo o persiguiendo con los poderes del Estado, sino con diálogo, autocrítica y tolerancia.
Al igual que el Presidente, el país también está enfermo y necesita de paz y tranquilidad para sanar y fortalecerse, pero como dijo Alí Primera: "¡No! ¡No! ...¡no basta rezar! Hacen falta muchas cosas para conseguir la paz".
El talante de un hombre no es algo que se expresa con palabras, sino con actos diarios, por ello la mejor prédica es la del ejemplo.
Jesús de Nazareth, a quien conmemoramos en la Semana Santa, resumió los principios de su doctrina de la siguiente forma: "Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro padre que está en el cielo, porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tendréis?" (Mateo 5,43-48). Cristo no solo dijo esto, sino que lo cumplió al pie de la letra, incluso mientras era crucificado por sus enemigos.
En este tiempo de reflexión es pertinente recordar esas palabras de Jesús y ponerlas en contraste con el discurso presidencial que pregona el amor mientras promete "aplastar", "aniquilar" y "demoler" a sus adversarios (a quienes por cierto acusa de estar "llenos de odio").
Entre las "muchas cosas que aún faltan por hacer" al presidente Chávez, está la rectificación, el perdón y la reconciliación de todos los venezolanos. Las heridas de un pueblo no se curan vertiéndoles sal ni azotando con el verbo o persiguiendo con los poderes del Estado, sino con diálogo, autocrítica y tolerancia.
Al igual que el Presidente, el país también está enfermo y necesita de paz y tranquilidad para sanar y fortalecerse, pero como dijo Alí Primera: "¡No! ¡No! ...¡no basta rezar! Hacen falta muchas cosas para conseguir la paz".
FUENTE : laverdad.com
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