Para que NO Me Olvides - Lorenzo Santamaria


sábado, 6 de noviembre de 2010

Rehén de los pobres corazones

Caren Áñez Valbuena - cganez@laverdad.com - Maracaibo - 06/11/2010 00:00 06
Un psicópata y músico frustrado mató brutalmente a las dos mujeres que criaron a uno de los roqueros más famosos e irreverentes de habla hispana.
Corría el 7 de noviembre de 1986. Justo al entrar en la vieja casona de paredes verdes y muebles rojos, ubicada en la calle Balcarce 681 de la provincia de Rosario, Argentina, un afiche tomaba por asalto las miradas de policías y médicos forenses. En él, se explayaba un lema de vieja data: "nadie sabe en qué rincón se oculta el que es su enemigo". En el interior de la residencia, lejos de los flashes de la prensa que buscó en vano curiosear, yacían inertes tres cuerpos. Fito Páez, un roquero desgarbado, con ánimo inquieto y escondido tras unas gafas negras, analizaba como una profecía aquel mensaje de bienvenida en la casa de su infancia. Ahora lo interpretaba como un anuncio que auguraba el brutal asesinato de "sus viejas".
Su abuela, Belia Zulema Ramírez de Páez (80), y su tía abuela Josefa "Pepa" Páez (76), habían sido asesinadas a cuchilladas y disparos. Un psicópata, músico frustrado y viejo conocido de Fito -fue su compañero de estudios-, decidió terminar barbáricamente con la vida de las dos señoras que criaron al mítico cantante de rock en español. La sirvienta de la casa, embarazada para el momento, sufrió el mismo destino durante un presunto robo.
La escena parecía sacada de una historia de horror cinematográfico. Era brutal. Propia del peor trazo literario de Dante. Marcó para siempre la vida musical del intérprete argentino. Fue el combustible que quemó en su esencia la etapa más oscura y en su mente la letra de una de las canciones más célebres del rock and roll de habla hispana: Ciudad de pobres corazones.
Deprimido, sospechoso
Aquel asesinato marcó su vida para siempre. Fito Páez fue, irónicamente, uno de los principales sospechosos del crimen que jamás sería capaz de cometer. Familiares del cantante también eran sospechosos. Muchas hipótesis se barajeaban; la mayoría involucraba problemas con las drogas y la bebida.  
La vieja casona que le vio crecer quedó como el único testigo y escenario del nefasto hecho, que le brindó el material necesario para escribir toda una producción discográfica. Hasta su odio hacia Dios por el delito de hace 24 años quedó revelado.  "El peor crimen que puede cometer un intelectual es el engaño a través del cual obtiene dinero", declaró en la presentación de su disco más crudo y vívido.
Aquel episodio era un capítulo bizarro más en la vida del ícono del rock en español. Su existencia nunca fue color rosa. Al afamado argentino le ha tocado vivir momentos difíciles, siempre ha sido acechado por los medios. La adopción de su hijo Martín, junto a la actriz Cecilia Roth, es otro de esos momentos que signaron profundamente al artista a través de los años.
Nacido en Rosario, Rodolfo “Fito” Páez se ha convertido en uno de los intérpretes más respetados de la música latinoamericana. La temprana muerte de su madre -a sus ocho meses- marcaría para siempre su obra.
Páez descubrió rápidamente su vocación artística y la ejerció buscando en el público la carencia afectiva dejada por su mamá. Criado por su padre y abuelas, el tímido chico de anteojos grandes comenzó a sobresalir en la música, la cual aprendió a tocar por oído y memoria. A pesar de su timidez, a los trece años formó su primer grupo. A los quince ya actuaba como solista en varios clubes locales y luego se integró en la banda del cantautor rosarino Juan Carlos Baglietto. Durante un concierto su ídolo musical, Charly García, entonces naciente ídolo del rock, descubrió su talento y lo invitó a formar parte de su banda, acercándolo así al mundo de las giras de rock y a las luces del éxito...una fama que no tardaría en tocar su propia puerta.
Pasado triste y doloroso
Mientras consolidaba su carrera como solista, la tragedia no tardó en llegar. Se encontraba de gira por Brasil con Charly García, invitado por Herbert Vianna para tocar junto a Os Paralamas do Sucesso, cuando su amigo Fabián Gallardo corrió a notificarle de lo que había acontecido a centenares de kilómetros de distancia en Rosario. Incrédulo, se negó a confiar en la tesis de que el bajista frustrado Walter De Giusti se había ensañado en contra de las más amadas y cercanas de sus parientes.
La realidad lo llevó, empero, a estallar en llanto. "¡No puede ser, no puede ser!", gritaba desconsolado en la cama de su habitación de hotel en Río de Janeiro. Luego confesaría a la prensa que hizo catarsis con todo lo que se encontraba a su alrededor. "No puedo explicar cómo quedó el cuarto. Lo destrocé. Dolor violento. Perdí tanto la conciencia que hoy no me acuerdo exactamente lo que sucedió. Era como un animal enjaulado en su propio dolor. Creo que me la pasé todo el día llorando, tomando whisky y Lexotanil".
Su mánager suspendió todas las actuaciones pautadas. La estrella de rock volvió a Rosario, pero el alto interés mediático sobre la figura de Páez lo obligó a viajar a Tahití, donde compuso el que es considerado como el disco más visceral, rabioso y violento de su carrera.
La pérdida de su padre y el asesinato de sus "viejas" se tradujeron en Ciudad de pobres, una producción de 11 temas. Era su quinto álbum. Editado en 1987, fue un disco cuya canción homónima narraba, en sus primeras melodías, el drama vivido: "en esta puta ciudad todo se incendia y se va; matan a pobres corazones".
Fito diría luego que era uno de los temas que jamás hubiera querido escribir. La tachó de estar "maldita en su naturaleza".
Hasta director de cine
Su obra incluye la edición de más de 20 discos, una producción a dúo con el cantautor español Joaquín Sabina, y la escritura y dirección de dos largometrajes de cine: Vidas Privadas (2001) y ¿De quién es el portaligas? (2007).
José Daniel Urdaneta. Fanático
¿Comó define a Fito Páez después de Ciudad de pobres corazones?
"Fito no hace música pensando en que va a gustar y que no. Cada disco es una búsqueda de su realidad, de sus vivencias y sentimientos en el tiempo. Ciudad de Pobres Corazones es ese drenaje al dolor, ese escape a la realidad y el sello de una epóca trágica que necesitaba volverse canción. El disco está repleto de melodías y sonidos experimentales, que en una especie de desorientación, hacen ver a Fito en su estado de expresión más puro, y en un desahogo de 11 canciones. Para mí la canción clave es la homónima del disco: Ciudad de Pobres Corazones. Pienso que esa canción lo resume todo. Es la energía de la ira en estado puro que cada vez que se le da a play se libera. Es una canción que forma parte ya de su vida, tanto que la sigue manteniendo en repertorios actuales de conciertos.

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